Revoluciona tu Salud

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Aquí puedes encontrar la información que comparto con vosotros como experto en el desarrollo de la mente y deportista en activo

José Luis Lorente Oliete

jueves, 26 de enero de 2012

DTP

Es una organización sin ánimo de lucro, que realiza actividades de formación, y una de ellas es dar clase en institutos y colegios. Impartimos materias como: autoconocimiento, motivación, maestría emocional, asertividad, técnicas de estudio, habilidades sociales y algunas más. DTP, cubre un área de vital importancia para los jóvenes. que ningún plan de estudios contempla. Es inexplicable que casi todas las materias que se imparten en estas edades tengan únicamente que ver con cultura y tecnología y se olvidan de que quien aprende es una persona –todavía inmadura- que tiene que resolver cuestiones psicológicas vitales y que vive un mundo de experiencias subjetivas.

Trabajo como formador y en los talleres que imparto, comento en clave de humor que: “El ser humano es el único electrodoméstico del planeta sin libro de instrucciones”.
Ayer di un taller de Gestión del Tiempo en el Instituto IES 25 de Abril. Por no se qué motivos, la clase empezó con 20 minutos de retraso y a ella acudieron los alumnos y una de sus profesoras. Estas clases son de 55 minutos y pregunté si podíamos alargarnos un poco, pero la respuesta quedó en el aire. A las 14,20 sonó la sirena de fin de clases que anunciaba la hora de la comida. Consulté si podíamos seguir y alumnos y profesora lo permitieron. Me extendí 30 minutos más hasta que la profesora con un gesto me indicó que debíamos terminar –los alumnos seguían atendiendo con interés-.
Mientras recogía el portátil, la profesora me dio las gracias, que se extiende a todos los formadores de DTP, y comentó que era la primera vez que sus alumnos permitían a un profesor ampliar de esa manera su horario lectivo.
 

Por la tarde, recordando lo acontecido, busqué las claves de este comportamiento. Cuando las personas llegamos a la etapa de la madurez, tenemos casi la misma escasa información acerca del libro de instrucciones que necesitamos, que los jóvenes que asistieron al taller de ayer por la mañana. Pero ¿qué les hace diferentes a nosotros los adultos? Son otra generación, muy inteligente, a la que estamos aburriendo con nuestro sistema de enseñanza, y en todos los sentidos están defraudados porque necesitan mucho más de lo que les ofrecemos.
Seguramente, no usan frenéticamente las redes sociales, internet, el móvil y los videojuegos por placer, sino por escapar de nuestra incomprensión y del escaso atractivo que sugiere el modelo educativo. Experimentar cómo conectan la información novedosa que consideran útil para sus vidas, cómo va cambiando sus rostros al sugerirles herramientas sencillas que pueden manejar en su vida diaria, cómo preguntan e interiorizan las respuestas, resulta una experiencia inolvidable y que da sentido al tiempo que dedicamos en DTP a esta interesante actividad.
 

Tal vez muy pronto, a los gestores de la educación se les encienda la bombilla y ofrezcan una asignatura a los jóvenes estudiantes con un título parecido a: SER HUMANO – MANUAL DE USO.
Integrarme en esta organización ha sido una excelente decisión y les agradezco la oportunidad de poder participar en estas acciones formativas.
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miércoles, 18 de enero de 2012

Traspasar la Raya

Imagina que dibujas una raya en el suelo y que te sitúas con los pies juntos y a escasos milímetros del trazo que has realizado. Ahora, desde esta posición analiza rápidamente algunas secuencias de tu vida y mira qué decisiones tomaste.

¿Diste el paso y traspasaste la raya? ¿Te quedaste inmóvil? ¿Te bloqueaste? ¿Te faltó valor o recursos? La lista de interrogantes puede ser interminable y puedes añadir los tuyos propios.
¿Nos impide alguien o algo traspasar la raya?
Y traspasarla, ¿es de atrevidos o de responsables?

Analizando estos dos vocablos, atrevido es aquél que determina hacer o decir algo que implica un riesgo, y responsable es el que pone cuidado y atención en lo que hace o decide y cumple con sus obligaciones. Si unimos estos dos vocablos responsable-atrevido, se podría definir como persona que se siente obligada a impulsar o realizar algo que implica un riesgo.

Si nos quedáramos inmóviles toda la vida y todas las personas, el mundo se pararía. Se avanza probando –el que prueba y experimenta, sabe, comprende y aprende y el que no prueba…
La vida es un reto que de manera continuada nos pide tomar la decisión de traspasar, o no, la raya. A nivel personal puede ser que las consecuencias sean limitadas a uno mismo, pero a nivel institucional las consecuencias si son muy importantes.

En mi trabajo como formador en habilidades, llegué a la conclusión que si se preparara en la universidad a los alumnos en habilidades desde el primer año de grado y se mantuviera progresivamente, durante todo el ciclo de estudios, este adiestramiento potenciado por tutorías y coaching, se lograrían excepcionales profesionales.
Hace una docena de años presenté el proyecto de desarrollo de habilidades en una universidad pública para impartir en los estudios universitarios una asignatura con el título “Desarrollo de Habilidades”, de manera que el alumnado durante los años de formación académica, además de estudiar las materias propias de la especialidad elegida, dispusiera de un entrenamiento que le dotara de los recursos que necesita todo profesional en el desempeño de sus tareas.
Me escucharon con atención, les gustó el proyecto y lo consideraron necesario, pero nadie traspasó la raya; ninguna universidad del país lo estaba haciendo. Era un proyecto novedoso y muy necesario, pero no había referencias y ponerlo en marcha implicaba atreverse y comprometerse.

Hace unos días, leí en la prensa que la Universidad de Valencia adscribe a una escuela de negocios privada la impartición de un grado universitario de ADE. Esta escuela de negocios, en su nueva unidad docente, tendrá la responsabilidad de dirigir un centro universitario. La noticia como tal, podría resultar irrelevante, hasta que entrando en su web leí con detenimiento el plan de estudios y los objetivos de esta nueva institución. Y por fin, una universidad ha cruzado la raya y ha dado un paso importante. En su plan de estudios, en el apartado “A”, que es el primero, hay una única asignatura: “Habilidades Personales”.

El sueño de este formador tiene hoy: estructura, contenido y fechas y si hiciéramos una alineación de niveles –en la pureza de las técnicas de PNL- para determinar la misión y visión de este nuevo grado, el proyecto tiene: lugar, momento y personas.

Si estás interesado en saber más, visita:

www.edem.es/CentroUniversitario/GradoenADEEMPRENDEDORES.aspx
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viernes, 30 de diciembre de 2011

Mente Descontrolada

La mente siempre está ocupada con objetos mentales, que pueden ser por ejemplo: dialéctica, imágenes, o sensaciones; un pensamiento es un objeto mental. Pero esta actividad, rara vez es voluntaria y la mayoría de veces resulta incoherente.

No organizamos con eficacia nuestros pensamientos, porque el instrumento que utilizamos, la mente, es enormemente inestable. A ordenar de manera lógica y secuencial los pensamientos no se llega por voluntad, porque la sustitución de nuestros procesos mentales sucede de manera involuntaria.

La mente no tiene estabilidad, es muy cambiante y sustituimos unas imágenes con otras sin orden ni concierto. Entonces, ¿quién controla la mente? Esta es la pregunta importante. El proceso regulador de la mente lo realiza la atención, y ésta es la manifestación dinámica de la conciencia. Atención y conciencia podemos decir que son sinónimas.

Fruto de esta inestabilidad es que nuestras experiencias personales son ambiguas y vagas. Para la mayoría de personas, la estabilidad de la mente es una abstracción, no la conocemos, no es propia de nuestra naturaleza porque el órgano cognitivo que tenemos, la mente, no está entrenada de manera eficaz.

Esta inquietud y movimiento continuo de la mente se va consolidando desde que nacemos, de tal manera que la dinámica del pensar adquiere vida propia y tiene tal inercia que dominarla es exigente. Todos nuestros hábitos y condicionamientos proceden de esta dinámica de repetición de actos y pensamientos totalmente inconscientes. La repetición produce una reafirmación de los contenidos de la mente que se van depositando en estructuras más profundas que el consciente: en el inconsciente. Por eso, cuando reaccionamos lo hacemos de manera inconsciente en función de los hábitos establecidos.

¿Entonces, es posible percibir los objetos mentales, a las personas, o los estímulos que nos llegan a cada momento con capacidad de sorpresa, como si fuera la primera vez que los observamos? ¿Podemos tener una percepción y una reacción limpia ante un evento? Desde una mente descontrolada, es imposible.

Mientras no podamos dominar el proceso de pensar y lleguemos a realizar de manera eficaz, sin interferencias, nuestras elaboraciones o disquisiciones mentales, no alcanzaremos la paz interior que produce pensar si queremos pensar, o estar en total silencio, sin ningún objeto mental.

Para conocer con cierta objetividad, no hay que tener actividad en la mente, tiene que estar quieta, y una vez tenemos toda la información disponible, pondremos en marcha un proceso eficaz de comprobación, cuestionamiento, relación, comparación, feedback o lo que ese momento presente nos demande.

Y si quieres saber cómo anda tu mente de revoluciones, intenta estar con los ojos cerrados, durante un minuto, manteniendo en tu imaginación un círculo de color rojo, sin ningún pensamiento que no sea más que el círculo rojo. Y si quieres sacar nota, que ese minuto sea de total silencio, sin pensar en nada, en un vacío total de pensamientos.
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martes, 20 de diciembre de 2011

Engañar al Inconsciente

En una entrada del blog, un  lector me hace la siguiente pregunta: En un libro de psicología deportiva leí algo sobre el subconsciente. ¿Es posible engañar al subconsciente? hacer que esa "parte" de la mente crea cosas que no van acorde con las capacidades que uno mismo tiene?.
 
Habitualmente las personas vivimos como si tuviéramos la mente dividida en partes estancas y que no se relacionan. Y tal vez, es este el motivo del uso deficiente que le damos.
La mente es un continuo, si bien para hacernos entender cuando hablamos acerca de ella y según el área que tiene más influencia en un momento determinado, hablamos de inconsciente, consciente y superconsciente –nivel mental superior-.

Para responder a la pregunta formulada nos vamos a centrar en el inconsciente.
El inconsciente es la zona de nuestro psiquismo que está más allá del consciente y de la que no tenemos consciencia, es decir, que escapa a nuestra percepción directa sensible y mental. A él van a parar todas las representaciones sensibles e intelectivas que han producido algún impacto en el ámbito de nuestra conciencia, y otras muchas incluso que no han pasado por el consciente y que se almacenan directamente en sus depósitos. Igualmente todos los impulsos que no han llegado a actualizarse haciéndose experiencia, y todos los condicionamientos producidos por cuantas experiencias de toda clase hemos vivido. Es el área de los automatismos y condicionamientos. Nuestras conductas automatizadas surgen de éste área de la mente y tienen una respuesta tan veloz que nos resulta difícil dominarlas.
Al inconsciente no se le engaña, lo que hacemos es programarlo de forma más o menos consciente –o tal vez sería mejor decir que lo programamos de manera inconsciente-. Hemos de tener en cuenta que la mente no distingue entre lo que piensa y lo que vive en realidad.
Todas las conductas que hemos modelado en nuestros primeros años de vida se han convertido en programas inconscientes que, si no los hemos cambiado, están funcionando actualmente. Y lo mismo sucede con nuestras convicciones y muchas de nuestras creencias.

Algunas de las técnicas que nos permiten llegar al inconsciente son la sugestión y la repetición. La sugestión la podemos realizar como práctica específica para conseguir un cambio que deseemos, y la repetición de la misma manera. Hemos aprendido a conducir un vehículo por repetición de unos actos determinados y llega un momento en que éstos se hacen inconscientes. Según Bandura, este aprendizaje se puede definir como competencia inconsciente. La visualización repetida de una acción –por ejemplo- nos permite mejorar la forma de realizarla –es un entrenamiento-.
Y a la pregunta: ¿Puede boicotearme el inconsciente? Pues si, puedo introducir ideas y conductas que limiten mis capacidades y que impidan mi desarrollo.
¿Porqué el inconsciente permite esta programación, llamémosla negativa? Porque el inconsciente es la parte ejecutora de nuestra mente. No tiene ética, ni censura moral, es ausente de cronología, ausente de concepto de contradicción, no razona, intenta por todos los medios alcanzar los objetivos que tiene grabados sin importarle sus consecuencias. Para el inconsciente lo que visualizamos es real. Con estas características, podemos utilizar esta parte de la mente de la manera más positiva, siempre que la información que grabemos esté alineada con nuestro desarrollo y evolución.
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lunes, 10 de octubre de 2011

Paradoja (I)

Es conocido por todos las repercusiones y consecuencias que trae consigo la ansiedad.
Que cada uno las siente de distinta forma es algo obvio, pero aun siéndolo, requiere tener claro que no existe un barómetro para medir su daño; igual que el dolor, no es un “signo”, sino un “síntoma”, y cada uno de nosotros la siente y padece de distinta forma, catapultada por la percepción de los sentidos, que para todos son los mismos, pero para ninguno se conjugan de la misma forma.
Hablemos de la ansiedad que perjudica, de la ansiedad que se agarra a nuestras mentes como moluscos al casco de un barco, como si fuese un mono que nos coge por la espalda y no cesara de chillarnos a los oídos. Es la ansiedad que no nos protege sino que nos condiciona negativamente para vivir.
Todavía no se ha encontrado aún una varita mágica única e intransferible para dejar de padecerla.
Podemos hacer uso del yoga, la relajación, acupuntura, cualquier deporte, buena alimentación, sueño higiénico y reparador, y todo tipo de farmacología a nuestro alcance.
Todos estos elementos pueden ser determinantes para tenerla bajo control o para no desarrollarla. Pero ¿qué es lo que hace que uno llegue a sentirla? ¿Es un desequilibrio químico de nuestro cerebro? ¿Es consecuencia de un hecho traumático? ¿Es la sensación de desarraigo total con el mundo que nos rodea? ¿Es el ir en contra de la voluntad de uno mismo? ¿Es la mezcla de estos factores? Es muy probable que así sea. Pero, ¿por qué mantenerla bajo control? Es un signo de que algo no funciona, y el problema es que hemos llegado a acostumbrarnos a esa sensación angustiosa de tal forma, que consideramos el estar feliz y tranquilos como una rareza, como la zanahoria que todo burro lleva delante de su hocico.
Algo se nos ha escapado de las manos sin saber cómo ni cuando. Hubo un paso que dimos sin mirar y desde entonces no llegamos a “ver”.
La aceptación de que nuestro presente es lo “justo” –lo que creemos merecer- dado en la sociedad en la que vivimos, es justamente lo que hace que en nuestro interior haya una revelación: una paradoja.
El humano es curioso de por sí. Hemos llegado a los espacios más recónditos de este planeta, hemos probado los límites de lo físico y lo abstracto, pero miedo -casi pánico- tememos descubrir qué hay realmente en nuestro interior. Podríamos encontrar un inmenso vacío o podríamos, al adentrarnos, hacer caer las bases que mantienen la estructura que nos forma como personas; pero también pudiera ser que encontrásemos algo que ya nos ha encontrado pero que no sabemos cómo dar con ello.
Cuando a alguien se le arrebata todo lo que posee, ya sea su coche, su hogar, su ropa, su trabajo y toda la gente que conoce, se siente perdido; porque es ese mundo físico-espejo que hace que se reconozca a si mismo (su rol, su ser, su carne, su reflejo, ya no tiene donde reflejarse) y paradójicamente le lastra como persona. Entonces, si ocurre esto, nos deberíamos preguntar, ¿cómo es posible que pensemos tan siquiera en cómo podemos volver a conectar con nosotros mismos, con nuestra esencia, si ya ni si quiera podemos dar cuenta de ella?
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miércoles, 5 de octubre de 2011

Funciones de la Mente


Podemos destacar como muy importantes las siguientes: pensar, sentir y conocer. Cada una de ellas tiene lugar en un área diferente de la mente. El pensar se produce en la mente consciente o racional, el sentir en la mente inconsciente y el conocer o saber en la mente superconsciente o mente superior, y es la intuición en estado puro.
Esta tres distintas funciones de la mente puede dar a entender que son tres mentes diferentes, ya que es así como corrientemente las sentimos, Pero nada más lejos de la realidad, ya que aunque nos parezcan departamentos estancos, es un continuo. El trabajo sistemático sobre la atención, nos ayudará a reunificar los tres sectores y así, poder disfrutar de todas nuestras capacidades a voluntad.
La mente inconsciente coordina la actividad fisiológica del cuerpo y controla los estados internos, en ella residen las experiencias positivas y negativas y las emociones. Las fobias, traumas, obsesiones, ilusiones, deseos y necesidades viven en este sector de la mente. Es el área de los automatismos y condicionamientos. 
La mente consciente participa del razonamiento lógico y de una base de datos personal limitada, se experimenta en el estado de vigilia. Se debe utilizar a voluntad y sólo cuando necesitamos razonar y cuestionar. PENSAR es el proceso de relacionar ideas, no hay mucha creatividad, suele haber más de lo mismo, es darle vueltas y más vueltas a los mismos procesos consiguiendo escasos resultados.
La mente superconsciente es la creatividad en su máxima expresión. VER es un proceso simple y directo, es la evidencia en estado puro. Al superconsciente se accede a través del silencio de la mente consciente y de la inconsciente, lo que nos proporciona todo el potencial de nuestra conciencia unificada.
El pensamiento es una abstracción, lo que implica intrínsecamente, limitación. El pensamiento no puede abarcar la totalidad porque limita y define. El presente no está contenido en el pensamiento.
El pensamiento nos saca de la experiencia directa a no ser que estemos centrados en esa experiencia directa acerca del pensar. 
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miércoles, 21 de septiembre de 2011

Semejanzas PC-HUMANO

Curiosamente el hardware -parte dura- de un PC y su software –parte blanda- tienen bastantes paralelismos con nuestras unidades: cuerpo, cerebro y mente.
Si observamos un PC cualquiera, veremos una carcasa que tiene conectados, como unidades periféricas: monitor, teclado y ratón. Si destapamos la carcasa, descubriremos en su interior una placa base con circuitos y componentes, tales como: procesador, memoria, controlador de video, disco duro, y controlador de sonido.
Cuando pulsamos el interruptor del PC para que arranque, la BIOS, que contiene la secuencia de instrucciones necesarias para detectar los componentes instalados, nuestro PC se pone en marcha y cede el control al sistema operativo.
En unos segundos, nuestra pantalla pasa del color negro a pintar un escritorio con una profusión de iconos que dan acceso a nuestros programas más utilizados. De entre los iconos que hay en el escritorio elegimos uno de ellos y lanzamos el programa con el que deseamos interactuar.
Hasta aquí, y explicado de manera muy breve, hemos puesto en marcha un PC, y hemos lanzado en ejecución un programa –software- para realizar un proceso y obtener unos resultados.
Y también, y de forma parecida como en el PC, en el HUMANO podemos distinguir una parte dura y una parte blanda. Nuestra carcasa o parte dura está formada por un cuerpo que también tiene conectadas unidades periféricas, tales como cabeza, tronco y extremidades. Y dentro de la carcasa, también descubriremos una placa base –cerebro- y componentes como: mente, sentidos para captar información externa e interna y sistemas de control de los procesos corporales.
El HUMANO, para ponerse en marcha, pasa del estado de sueño al de vigilia, y realiza un reconocimiento de su entorno para situarse. Estas acciones las realiza poniendo la atención en los objetos de su interés y utilizando un software elemental –programas e información que subyacen en una parte poco accesible y que se llama subconsciente-.
Realizado el reconocimiento del entorno, nos ponemos en marcha para desarrollar las tareas que la jornada nos demanda.
Y este apartado del HUMANO, es también una muy breve explicación de algunos de los paralelismos con el PC.
Las descripciones de las funciones que vamos enumerando, no ambicionan ser exhaustivas y prescindimos del etcétera o los puntos suspensivos. Estas explicaciones son suficientes para establecer las semejanzas que pretendemos.
Un PC tiene una CPU o procesador para controlar las operaciones de entrada y salida, cálculo, y asignación de tiempos. La CPU humana es el cerebro, con sus extraordinarias capacidades.
Nuestra CPU, realiza las funciones de control de los sistemas corporales y nos mantiene vivos. Estas funciones físicas, son autónomas la mayoría de las veces y se autorregulan buscando la salud y el equilibrio de nuestro cuerpo.
La CPU de un PC se puede averiar –por ejemplo- por una subida fuerte de tensión, o por un fallo del ventilador o disipador de la propia CPU. No son habituales las averías del procesador de la CPU y normalmente no influye en averías que puedan ocurrir en otros componentes del hardware.
El cerebro es un competente laboratorio de sustancias químicas, donde se elaboran los neurotrasmisores. Pero a diferencia del PC, según sea la actividad del cerebro, los neurotrasmisores si influyen en nuestros sistemas corporales. Los efectos de la liberación de neurotrasmisores en nuestro organismo puede resultarnos perjudicial o beneficioso.
Cuando –por ejemplo- hacemos deporte o realizamos tareas placenteras, nuestro organismo recibe un torrente de neurotrasmisores –endorfinas- que son estimulantes y generan salud. Si éstas actividades se realizan en horas de tarde-noche, puede ser que nos cueste un poco más de lo habitual conciliar el sueño.
Habitualmente vivimos ajenos por completo a esta actividad y no le damos mucha importancia.
¿Y porqué esta perorata acerca de los neurotrasmisores? Porque si la influencia de los neurotrasmisores es positiva, todo va bien, pero en caso contrario, en vez de salud, produciremos enfermedad.
El laboratorio químico del cerebro está afectado por la alimentación, los hábitos y sobre todo por la actividad del pensar.
La CPU del ordenador, no piensa mucho por sí misma, se limita a seguir secuencias de programas y a tener en cuenta las variaciones que se van produciendo en la ejecución de sus tareas.
Hay una estrecha El HUMANO si piensa por sí mismo –o al menos eso cree- e influencia de manera consciente e inconsciente en su salud y en la calidad de su vida.
¿Y cómo podemos influir en nuestra salud conforme lo que pensamos? Pues la Psiconeuroinmunología, dice en investigaciones recientes, que: mantener durante un minuto un pensamiento negativo inhibe las siguientes seis horas nuestro sistema inmunológico.
Hay una estrecha relación relación entre sistema nervioso, endocrino e inmunitario y tanto las emociones negativas como el estrés deterioran nuestras relaciones y el estado de salud.
No hay duda de que pensamientos y emociones alteran la bioquímica fundamental de las células.
Dondequiera que va un pensamiento, un elemento químico le acompaña.
Prácticas como la meditación y la relajación, entre otras, enfatizan la función de la mente en la mejora de nuestra salud.
Las emociones positivas, pueden modular y atenuar los efectos negativos de las respuestas de estrés sobre el sistema inmunitario, activando la producción de hormonas anti estrés.
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viernes, 16 de septiembre de 2011

Bebé la Metáfora

Con este título, comenzamos muchas de nuestras nuestras charlas acerca de los motivos de las cabilaciones y dialécticas que hay en las cabezas de la mayoría de las personas.

Otras veces, el título de la charla es: "Ser Humano - Manual de Uso". Este manual de uso, es el libro de instrucciones que toda persona tenía que haber traído al nacer, para no acabar como la mayoría de los mortales: con un enorme lío en la cabeza que no somos capaces de desentrañar.
Desconozco como te encuentras en la actualidad, pero si has recibido una educación "normal", tendrás muchas preguntas sin contestar. También es posible, que las cosas no hayan salido como esperabas, o que, aún marchando aceptablemente bien, no estés del todo contento.
Pero esta dialéctica interior acerca de cómo te encuentras, es bastante normal, no eres ninguna rareza. Casi todas las personas hemos transitado por el mismo camino. Y esta es la razón de este blog, compartir con quien quiera acercarse periódicamente a leer nuestras notas, de qué manera hemos conseguido desentrañar la madeja.

Desde que el embrión es fecundado y empieza nuestra vida como seres humanos, estamos expuestos a todo tipo de influencias externas, y muy a nuestro pesar, marcarán nuestra personalidad de por vida.

Cuando vemos una imagen informe de un feto -ecografía-, ya está recibiendo estímulos externos, tales como: el amor incondicional de los padres, o el enfado de la madre por estar preñada, o la música que escuchan los adultos que están a nuestro alrededor, o las quejas si lloro mucho por la noche…
Y durante nueve meses, sin ninguna posibilidad de defensa, el ambiente influirá e invadirá la estructura de mi incipiente personalidad. Si estas contribuciones son positivas, ¡eureka! Y si son negativas, ¡socorro! Me queda la posibilidad de arreglar el desaguisado cuando sea adulto, y si es que tiene remedio.
Durante mis primeros meses de vida mi cerebro está en periodo de formación, y sobre todo al principio, andamos escasos de neuronas. Entonces, ¿cómo es posible que la información del exterior me afecte? ¿Porqué los sentimientos que tiene mi madre hacia mi, me influyen?
Parece ser que hay algo más que cerebro, y ese algo más es el receptor de toda la información.
Para validar cómo puede afectar un suceso, aparentemente sin importancia, visto desde los ojos de un adulto, aporto la siguiente experiencia personal.
Hace años, impartiendo un seminario de Master en PNL –Programación Neurolingüística, asistieron, entre otros, dos alumnas, que eran gemelas. La una alegre y dicharachera y la otra muy triste y melancólica, y por cierto, ambas psicólogas. En una cena, las gemelas, comentaron que habían recibido una educación análoga y que no entendían el motivo de caracteres tan distintos.
Los seminarios de PNL son eminentemente prácticos, y decidimos, que la mañana siguiente, exploraríamos las causas de las diferencias de carácter.
El trabajo de indagación se realizó, sorpresivamente, en poco tiempo y con éxito, y éste fue el resultado: las niñas nacieron en su casa, ayudadas por una comadrona. La gemela triste y melancólica nació la primera, pero la madre desconocía que estaba embarazada de dos niñas. Cuando nació la primera niña y la comadrona se percató de que había una segunda criatura queriendo salir, abandonó a la primera encima de una cama para atender el segundo parto. Y este segundo nacimiento fue largo y costoso, pues el bebé traía enrollado el cordón umbilical. Extraída y aseada la segunda niña, y transcurrida más de una hora, se atendió a la primera de las hermanas.
La hermana mayor, relató con toda suerte de detalles la sensación de abandono que vivió durante esa larga hora, y la tristeza que le invadió, hasta el momento presente.
Por suerte, los traumas sufridos a tan corta edad, tienen solución. Si el terapeuta o facilitador logra llevar al sujeto, en edad adulta, a vivir la experiencia inicial que desencadenó el shock, el desenlace tendrá éxito. 
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jueves, 15 de septiembre de 2011

La búsqueda

Desde muy joven me he preguntado quién era, porqué tenía unos comportamientos que a veces detestaba y cuáles eran mis creencias y quién me las había inculcado.
No sabía cómo funcionaban los recuerdos, o porqué mi mente procesaba de manera correcta unas veces y otras lo hacía de manera desastrosa.
Pensaba que todo dependía de la manera en que nuestro cerebro procesa la información y de los programas que tiene grabados. Entonces, ¿quién graba los programas? ¿De dónde surgen la información de estos programas mentales? ¿Porqué hay programas eficientes y otros erróneos?
He trabajado en la industria informática durante muchos años y he encontrado muchas similitudes en el comportamiento de los programas de un ordenador y los que tenemos instalados en nuestro cerebro.
Le he dedicado años y miles de horas a descubrir los secretos del funcionamiento de la mente y la conciencia, y a conocer en profundidad cómo se generan nuestras capacidades fundamentales.
Poco a poco iremos compartiendo esta información, para que en la medida en la que os sintáis comprometidos en el desarrollo de vuestro potencial, encontréis la manera de entender la mente, controlarla y utilizarla sabiamente, teniéndola a vuestro servicio.
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