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Aquí puedes encontrar la información que comparto con vosotros como experto en el desarrollo de la mente y deportista en activo

José Luis Lorente Oliete

viernes, 30 de diciembre de 2011

Mente Descontrolada

La mente siempre está ocupada con objetos mentales, que pueden ser por ejemplo: dialéctica, imágenes, o sensaciones; un pensamiento es un objeto mental. Pero esta actividad, rara vez es voluntaria y la mayoría de veces resulta incoherente.

No organizamos con eficacia nuestros pensamientos, porque el instrumento que utilizamos, la mente, es enormemente inestable. A ordenar de manera lógica y secuencial los pensamientos no se llega por voluntad, porque la sustitución de nuestros procesos mentales sucede de manera involuntaria.

La mente no tiene estabilidad, es muy cambiante y sustituimos unas imágenes con otras sin orden ni concierto. Entonces, ¿quién controla la mente? Esta es la pregunta importante. El proceso regulador de la mente lo realiza la atención, y ésta es la manifestación dinámica de la conciencia. Atención y conciencia podemos decir que son sinónimas.

Fruto de esta inestabilidad es que nuestras experiencias personales son ambiguas y vagas. Para la mayoría de personas, la estabilidad de la mente es una abstracción, no la conocemos, no es propia de nuestra naturaleza porque el órgano cognitivo que tenemos, la mente, no está entrenada de manera eficaz.

Esta inquietud y movimiento continuo de la mente se va consolidando desde que nacemos, de tal manera que la dinámica del pensar adquiere vida propia y tiene tal inercia que dominarla es exigente. Todos nuestros hábitos y condicionamientos proceden de esta dinámica de repetición de actos y pensamientos totalmente inconscientes. La repetición produce una reafirmación de los contenidos de la mente que se van depositando en estructuras más profundas que el consciente: en el inconsciente. Por eso, cuando reaccionamos lo hacemos de manera inconsciente en función de los hábitos establecidos.

¿Entonces, es posible percibir los objetos mentales, a las personas, o los estímulos que nos llegan a cada momento con capacidad de sorpresa, como si fuera la primera vez que los observamos? ¿Podemos tener una percepción y una reacción limpia ante un evento? Desde una mente descontrolada, es imposible.

Mientras no podamos dominar el proceso de pensar y lleguemos a realizar de manera eficaz, sin interferencias, nuestras elaboraciones o disquisiciones mentales, no alcanzaremos la paz interior que produce pensar si queremos pensar, o estar en total silencio, sin ningún objeto mental.

Para conocer con cierta objetividad, no hay que tener actividad en la mente, tiene que estar quieta, y una vez tenemos toda la información disponible, pondremos en marcha un proceso eficaz de comprobación, cuestionamiento, relación, comparación, feedback o lo que ese momento presente nos demande.

Y si quieres saber cómo anda tu mente de revoluciones, intenta estar con los ojos cerrados, durante un minuto, manteniendo en tu imaginación un círculo de color rojo, sin ningún pensamiento que no sea más que el círculo rojo. Y si quieres sacar nota, que ese minuto sea de total silencio, sin pensar en nada, en un vacío total de pensamientos.

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